México es uno de los destinos vacacionales más populares. Este fantástico país de América Central ofrece todo lo que pueda desear: un hermoso mar, hermosos sitios arqueológicos y una excelente cocina. Vemos en este artículo la historia de Flavia, quien con su familia viajó a México durante el período navideño …
«Cuando apenas te das cuenta, recién faltan solamente otras tres horas de avión hasta llegar al aeropuerto de Cancún, México. Lo primero que impacta en esta estación del año es el calor acogedor de la temperatura. Es recomendable alquilar previamente el vehículo y asegurarse de los seguros que se disponen, para no pasar las siguientes dos o tres horas intentando arreglar los contratos ya firmados.
Cancún dista alrededor de 40 minutos en coche de los alrededores de Playa del Carmen, el trayecto nocturno y cansados del viaje no ayudan a apreciar la carretera hacia casa.
Alojamos en un lindo apartamento poco fuera de Playa del Carmen, en un barrio residencial que dispone de seguridad en las entradas y salidas de los complejos. Los anfitriones, mexicanos, fueron de mucha ayuda en el momento de ubicarnos en un país extranjero. Así pues, nos recomendaron realizar la compra en supermercados locales como Chedraui, y otros (menos completos) como Oxxo y diferentes lugares donde poder comer especialidades locales. También nos recomendaron tener cuidado donde ir a comer, por problemas de higiene y no beber agua que no sea embotellada.
El cambio de hora (- 5h horario meridiano Greenwich) los primeros días fue bastante molesto. Nos encontramos despertándonos a las 7 hora local, cosa muy útil para realizar las primeras excursiones en tiempo, pero bastante agotador por la tarde noche, cuando ya estábamos cansados del día.
La temperatura fue agradable durante todo el viaje, el calor tropical nos acompañó diariamente, pero también llegaron bastantes tormentas debido a huracanes en Estados Unidos, que aumentaron la humedad, probablemente lo más molesto de la estancia.
El primer día, nos acercamos al supermercado más cercano para realizar una pequeña compra, de paso compramos una tarjeta del móvil local para disponer de internet durante el día. Super necesaria para el uso de Google Maps, o contactar con los que os acompañan en el viaje si en algún momento os separáis.
La primera impresión de la Quinta Avenida, Playa del Carmen, es el flujo inmenso de gente, turistas y vendedores ambulantes. Es una calle completamente hecha para el uso de atraer a turistas americanos dispuestos a gastar cuantos más dólares en restaurantes, bares, o mercancía local (souvenirs, ropa…)
Conviene siempre aclarar, a la hora de negociar con los vendedores ambulantes, que a parte de ser turista también se habla español, eso ofrece una gran ventaja en cuestión de precios.
La Quinta avenida, un agujero negro que atrae a una inmensa cantidad de turistas al segundo, no deja de ser un punto de encuentro para pasear y tomar algo en un ambiente fiestero y sobre
todo americano, dispone de seguridad de la policía en todo su espacio pero uno no debe dejar la mente despistada en ningún momento. A pocos pasos de la avenida, la zona de PlayaCar es un ambiente con menos jaleo donde se puede pasear tranquilamente en una zona más local.
Se puede acceder a la playa desde dos zonas principalmente, en Playa Car se puede acceder a pie, o en Punta Esmeralda, un poco más alejada y con más población mexicana, se puede acceder en coche.
La belleza de la ciudad enormemente habitada de Playa del Carmen radica en las afueras de esta, donde, con precaución se pasea disfrutando del ambiente tranquilo y local. La avenida Benito Juárez dispone de multitud de tiendas a poco precio de ropa y calzados donde la población transcurre las tardes de compras.
Las vacaciones en la playa son difíciles de realizar debido a que la mayoría de las playas son de propiedad privada, aún así, PlayaCar, Punta Esmeralda disponen de un espacio de dominio público.»
